Terapia de Pareja

Terapia de parejaLa pareja como elemento clave de la felicidad

La pareja, en el origen de cada una de ellas, es concebida como el complemento ideal de nuestra vida (expresado normalmente como “nuestra media naranja”). En muchas ocasiones encierra en sí misma el núcleo de nuestro malestar. Sobre todo, si en ella se depositan todas las expectativas o creemos encontrar en ella la clave del sentido de la vida.

El malentendido está presente en todo tipo de relaciones humanas. Es en el vínculo amoroso donde se consolida, pudiendo anidar en él de un modo patológico.

No debemos olvidar que la pareja, en una concepción general, ha sufrido muchos cambios y transformaciones. Simplemente el modelo de nuestros abuelos ni el de nuestros padres tiene nada en común con la pareja de hoy. En el inicio de este siglo estamos percibiendo una verdadera mutación de la misma: parejas de hecho, parejas homosexuales, etc.

Muchos de los malestares psíquicos relevantes en la consulta de hoy, están causados por conflictos en las relaciones de pareja. Detrás de una ansiedad incontrolada, de un estado depresivo o hiperactivo, de una impotencia, de una anorexia transitoria, se encuentran los problemas con y en la pareja.

Conflictos en las relaciones de pareja.

Si bien cada caso es particular, existe una expresión común en todas ellas: la queja.

Los hombres se quejan de no saber ya cómo abordar a las mujeres, de no poder encontrar su lugar frente a ellas.

Las mujeres se quejan de sentirse solas en el vínculo, de la retirada de los hombres, de su falta de iniciativa, desinterés, su abstención.

En definitiva, el encuentro y el desencuentro amoroso hoy está mucho más enredado y enrarecido, en tanto en cuanto la realidad social de la pareja hoy día pone el acento más en la igualdad y en los derechos que en la diferencia que los une.

El hecho real de la incorporación de la mujer al trabajo, lugar reservado al hombre, modifica sustancialmente la connotación que cada rol tenía en la pareja y los conflictos se intentan resolver en un juego especular:

“los dos deben repartirse las responsabilidades como si se tratara de una justicia distributiva: el trabajo, los niños, las deudas, etc.”

Desde esta exigencia surgen algunas preguntas¿Cómo encontrar el lugar donde se pueda alojar un deseo que haga sostenible el vínculo?¿Cómo evitar que un “igualitarismo” desdibuje a sus protagonistas?

Es fundamental que el psicólogo pueda escuchar y tratar esta queja de modo que permita reducir el malentendido. Tal vez, ello hará posible encauzar el deseo de la pareja o al menos la vida de los sujetos.

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